lunes, 23 de abril de 2007

Ves lo que yo veo?

Ves lo que yo veo?. Mírame, ve directo al centro de mis ojos, siente como todo alrededor se esfuma y pierde importancia, ya poco importan los demás, solo ecos vagos de gente que no entiende, que se queda en lo aparente y no va al centro de las miradas, que no busca la esencia de aquello que es verdaderamente importante, solo quedamos tu y yo, sintiendo esta extraña forma de comunión forjada por tantos años de espera y decepción. Ves lo que yo veo? Sí se que lo ves, estamos conectados, como el quijote y su lanza o el roció y el amanecer, como nuestras miradas y el incansable deseo de estar así, con la atención captada de forma absoluta y ciega, basada en la confianza de un nuevo sentimiento que apenas comienzas a conocer lleno de sorpresas agradables y bienestar. Ven, solo con pensarlo estarás acá, libera mis cadenas cae sobre mi, como una catarata; violenta y agitada, pura y purificando, rompiendo las ataduras que dejaron sendas marcas en mis pies. Libre, cae una y mil veces que de estruendo pasarás a ser melodía, acompasada y cristalina, como el claro de este amanecer.
No es casualidad, es una invitación; la aventura de creer en quien cree en ti solo por que así lo siente, sin tener que demostrárselo a nadie más. Esa es la esencia de la verdadera libertad, dar simplemente por que te quiero, por que tu me quieres por que aceptamos el reto. Es tan fácil querernos cuando se es puro de sentimiento, es tan fácil cuando ya antes as amado y conocido la decepción.
Ves lo que yo veo? Pues sí, y cuando despiertes, pensaras que no es real, que la magia del destino es simplemente una formula de probabilidades, que fue un sueño, incluso me olvidaras, y pasare a ser un vago recuerdo, la fresca sensación de un alegre despertar sin motivo aparente, y así esta bien, pues solo me veras en sueños mientras descansas, donde los prejuicios no existen y mi alma da calor a tu corazón.

Adios

Vienes, así simplemente, como un soplo, como un pequeño huracán que choca contra mi, helado con gusto a humedad costera, palideciendo mi rostro y enfriando aún más mi ahora encorvada espalda. Pierdo mis fuerzas, se acaba mi vitalidad y decaigo en un monótono ir y venir, por los mismos senderos de antes, esclavo de las sombras, perdido entre tanta gente que no quiero conocer, que no entienden, que no ven. Ellos no entienden, ni quiero que entiendan, es nuestro secreto, es esa misteriosa conexión que logramos, que establece lazos sin ataduras, lugares comunes sin siquiera visitarlos y sueños, si sueños comunes que todavía no comprendo ni quiero comprender, pues confío, así simplemente y sin más, como un pequeño huracán que choca contra mi, helado con gusto a mar, con vaivén de oleaje, que se llevo las últimas lagrimas y esperanzas que guarde aquella vez, y que no pudieron arrancar solo hasta hoy.

Mis amigos

Por que lloras? Pregunte, casi sin pensarlo. Lloro por que no me dejan jugar con mis amigos, ¿los ves? Están allá, en aquella plaza. El mas alto del grupo, se llama Pedro, no te engañes por su apariencia, el es como el consejero del grupo, no habla mucho, y siempre está cuando necesitas de alguien que escuche tus problemas. El otro día mi mama olvido ponerme la colación en la mochila, y el compartió su pan con algo con migo. ¿Cómo pan con algo? Bueno el nunca tiene muy claro lo que tiene su pan, así que le llamamos ALGO, igual estaba rico era como pate con mayonesa. De hecho tenemos un pequeño concurso, todos intuimos lo que tiene el pan que a veces nos convida en el recreo, pero nadie sabe en realidad que contiene. Es un misterio que es mejor no develar. Después está Roberto, quien es un as para correr en bicicleta, a veces sale con sus papas y llega tarde en la noche, igual nos viene a mostrar sus trofeos, corre en bicicross, esta lleno de moretones y un día se quebró la muñeca saltando la doble ola de la muerte, en una competencia, es un deportista bakan. Ahí, en la banca, justo al lado del sauce, esta Esperanza, pero le llamamos por su segundo nombre, Andrea. Ella no juega mucho con nosotros solo nos acompaña y se ríe de nuestras travesuras, igual debería estar jugando con sus amigas, pero no tiene, por eso la aceptamos en nuestro club aunque sea niña, es muy divertida y siempre anda con su muñeca pepona, nunca la deja sola, lleva su pepona para todos lados. Además nos cuida, nos avisa cuando viene el papa de Carlos. Ufff el papa de Carlos es muy malo, llega a la plaza gritando, y moviéndose de un lado para otro, muy mareado, siempre vomita en el costado del sauce y luego dice palabras feas. El papa de Carlitos es malo porque le grita y le llama invalido, yo no entiendo esa palabra, es como cuando hacen un gol y el arbitro dice que no vale, na ke ver, el vale mucho, yo a Carlitos lo quiero mucho, porque no tiene piernas, y en su silla de ruedas anda para todos lados y me trae dulces, es genial, el otro día me lo encontré en la misa de de la mañana y cuando el curita dijo pónganse de pie, el me miro y se puso a reír, ajajajaja, dígame usted, no le daría risa que alguien lo mandara a ponerse de pie cuando no puede?
Yo, me puse a pensar, en realidad no, me sentiría muy mal, pensaba eso mientras el niño continuaba hablando diciendo, mire señor, el del fondo es Martín, cuando hay problemas el siempre nos defiende, es seco para los combos, claro que cuando hay que correr arrancamos todos juntos. Un día, los grandes, los del otro curso, le estaban pegando a Pedro, y el lo fue a defender y le pegaron en el suelo hasta que apareció el inspector. Bueno, el sabia que no tenia que meterse con los grandes pero fue igual a defender a nuestro amigo. El es así, defiende a sus amigos a cualquier costo. Y le costo una semana de suspensión y dos dientes ajajajajaja, pero como eran los de leche, no importa, eso dijo la profesora, yo por más que me toco mis dientes no siento gusto a leche, debe ser por que están muy nuevos.
Y quien no te deja salir a jugar yo te veo aquí sentado en la puerta de tu casa, podrías ir y nadie se daría cuenta.
Noooooooo, quieres que me castiguen? Mi padre es muy estricto, y me podría dejar sin salir nunca más.

Oye, pero el te pega te golpea con el cinturón o algo así. No, mi papa solo me deja sin salir y para mi eso es lo peor. Por eso solo me atrevo a estar aquí, contemplando, la plaza y mirando y admirando a mis amigos.
Y te gusta estar aquí, le pregunte?
No mucho, pero al menos así no me olvido de quienes son mis amigos. Si me olvidara quienes son ellos seria lo peor que me podría pasar, se imagina usted si olvidara como es Pedro, el mejor amigo de sus amigos o que ya no recordara las hazañas deportivas de Roberto, o de la inocencia y compañía de Esperanza (que aunque lejana, el verla ahí sentada nos reconforta) o se imagina usted que me olvide de Martín, nuestro Martín, que nos defiende de los grandes…..
Mientras el niño hablaba, sentí que algo se rompía dentro de mi, un abismo inmenso se abría justo donde terminaba la punta de mi zapato y un frió intenso se apoderaba de mi alma. Las luces se apagaban de apoco, el niño se puso de pie y progresivamente fue tomando forma adulta, y yo sin poder hacer nada, me achicaba cada vez más, ya en penumbras y yo sin aliento el niño se acerco a y me dijo.
Padre, cuanto más quieres que te muestre, que es lo que no entiendes, hasta cuando me castigas. Esto me duele, y tú no te das cuenta al parecer, es doloroso saber que me matas cada día y que cada día yo resucito en pos de una nueva esperanza. ¿Por qué?
Yo no podía comprender lo que estaba sucediendo y trate de huir de aquel lugar pero mis piernas no podían moverse. En mi mente se escuchaba una sentencia que decía: Cuantas veces as dejado de ser Martín, el que defiende a sus amigos, cuantas veces as dejado de dar consejos a quienes los necesitan como lo hace Pedro, dime cuantas veces?
Mientras el niño hablaba, logre moverme un poco, y contestarle: Hablare con tu padres para que te castiguen, que haces quien eres déjame en paz, a lo que el niño contestó, papa, tu eres mi papa.

Quede helado, yo no tenia hijos ni recuerdo de aquello. Mientras pensaba el niño interrumpió, yo soy tu hijo, soy tu niño soy tu inocencia perdida y aquello por lo que un día luchaste y hoy ya no esta. Yo soy tú, soy tú mismo, y eh tenido que hacer todo esto para mostrarte todo lo que as dejado de ser, para que entiendas que me duele, para que veas de lo que te as perdido, mira la Esperanza sigue ahí, no se fue, ella esta tranquila con su pepona esperándote, dime a que le temes?.

Yo le conteste: Pero esto duele, quien eres dime, por favor te lo suplico, decía esto mientras caía arrodillado ante él, el niño sonrió y me miro a los ojos, y luego dijo, yo soy el niño que llevas dentro. Nunca más, pero nunca más me castigues por salir a jugar, déjame salir, déjame estar con mis amigos y parecerme cada día mas a ellos, pues la próxima vez que no me dejes salir, te transformare en el adulto que crees ser hoy, y eso por Dios que te va a doler mil veces más que lo que estas sintiendo ahora.
Te lo digo yo!!.

Mar y Sueños

Llegó corriendo hasta la orilla de la playa, y mientras jugaba a hacerle el quite alas olas, diviso los requeríos que estaba buscando. La luna en su pleno, escribía en trazos recortados un camino que solo el podía observar desde aquel ángulo. Brillaban sus pupilas reflejando en forma perfecta la majestuosidad de la luna, no canso su paso, al contrario, acelero y trepo hasta la roca más alta y se sentó.

Respiro profundamente y pensó, cual seria la estrella mas alta y más al sur posible de divisar. Una estrella que quizás ella pudiese estar mirando en ese momento.

Tenia que ser así y junto con ello ser una de las estrellas más brillantes, no podía ser de otra forma… debería brillar tanto como el sol de aquel día en que la soñó. Casi con desenfreno buscaba y revolvía con sus ojos aquella noche estrellada y pensaba si aquel frió de marzo que le recorría seria tan intenso como el hielo que cristalizo sus sueños al darse cuenta que ella no estaba.

Volvió a repasar una y otra vez el cielo, mientras las horas pasaban. Al amanecer, un grupo de gaviotas que salían a pescar, se posaron cerca de el y le dijeron que tenia que regresar, pues la marea al subir lo iba a dejar aislado. Las gaviotas no dudaban de que él fuese un mal nadador, mas bien le hicieron ver lo peligroso que podría resultar dicha acción debido a lo helado y violento del oleaje. El agradeció aquel gesto amistoso y mientras ellas se alejaban perdiéndose de vista en el horizonte, pensó que ventajoso era tener alas, para llegar tan lejos, tanto como para llegar a la puerta de la casa de ella.

Sin más se encamino a su casa, pensando que tan lejos podía estar aquel lugar, del cual su amo le había hablado. Sí, el siempre le hablaba mientras jugaban, o cuando le daba las buenas noches y ese día le hablo de ella, le contó tantas cosas, estaba tan feliz. Sin darse cuenta llego a su casa, entro y se fue a recostar en su camastro, suspiraba mirando el techo y pensaba, que ganas de poder un día tomar forma humana, y sin más ir a visitarla.

Ladro agudamente para hacer notar su presencia, se dio unas cuantas vueltas antes de dormirse, se rasco la cabeza con su pata y luego se durmió profundamente, solo para volver a soñarla.